León, (EFE).- Las vidrieras de la Catedral de León, de entre los siglos XIII y XIX, consideradas como el mejor conjunto histórico de Europa y con una superficie de cerca de 1.900 metros cuadrados, podrían lucir todo su esplendor en 2020 si el proceso de rehabilitación se desarrolla conforme al "ritmo actual".De momento, se ha restaurado poco más de una tercera parte de este tesoro, alrededor de 650 metros cuadrados, ha explicado en León a Efe José Manuel Rodríguez, el coordinador del proyecto cultural "Catedral de León", cuyo objetivo es la rehabilitación de elementos emblemáticos de la seo, piedra y vidrieras.
Se trata de unas vidrieras "espectaculares, que quizás no son las mejores medievales de Europa, ya que también las hay en Francia o Países Bajos; igual tampoco son las mejores del Renacimiento; pero lo que sí es cierto es que constituyen el mejor conjunto histórico de Europa".
"En ellas se suceden distintas épocas con una armonía perfecta; en sí constituyen una historia de la vidriera", ha explicado.
"Son excepcionales", ha afirmado el director, consciente de que el proceso de restauración ha sido lento.
El empujón más fuerte a estos trabajo se produjo en 2006, a raíz de un convenio firmado entre el Cabildo Catedralicio, Caja España y la Junta de Castilla y León, en virtud del cual se acordó, entre otras obras, restaurar 450 metros cuadrados de vidrieras.
Este compromiso se está cumpliendo y se ha llegado "al ecuador" del mismo, ya que, de estos 450 metros, se han restaurado 210, lo que quiere decir que "las obras navegan a buena velocidad de crucero".
"Ahora lo interesante es que a esta fase, que acabará en 2010, se le dé continuidad y que no sea un proceso cerrado", ha explicado el director, quien estima que "harían falta otras tres más para dejar el conjunto de ventanales restaurados y protegidos", unos doce años.
Con anterioridad, se había restaurado la parte correspondiente a las naves bajas de la seo y las capillas de la girola, unos 450 metros cuadrados, ubicadas en una zona "de fácil acceso".
En la actualidad, se están restaurando, a una velocidad media de 25 metros cuadrados cada dos meses, las vidrieras del presbiterio y las que están encima de la capilla mayor, mientras que restan por acondicionar las de la parte alta.
Los problemas que presentan derivan de su propia fragilidad, unido a los sucesivos desprendimientos que se han producido en la seo, así como a los efectos de la climatología, viento y calor.
Además, este monumento no ha sido ajeno a los actos vandálicos, el último de ellos en 1991 "cuando un individuo se subió al cable del pararrayos y dañó las vidrieras".
A la labor de desmontaje, limpieza, restauración y consolidación de vitrales, se suma el de instalación de medidas de protección, como la colocación de una malla de acero inoxidable, además de un vidrio exterior.
El orden de estas vidrieras en la seo no es casual, ni están colocadas por épocas, sino que están distribuidas conforme al pensamiento medieval y, así, las que hacen alusión al antiguo testamento están en la parte más sombría, mientras que las relativas a la iglesia están en la sur; todas ellas conformando un espectacular juego de colores.
Recientemente, se ha restaurado una de las más emblemáticas, la del árbol de Jesé, del siglo XIII, que representa al padre de David, de cuyo tronco nacía Cristo.
La vidriera que ha adquirido más actualidad es una del siglo XIII, relativo a una cacería, a partir de cuya descomposición de colores se diseñó el edificio del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). EFE
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